En 2019, la denuncia de una joven que aseguraba haber sido violada por su propio hermano luego de que este la drogara conmocionó a toda la ciudad de Río Gallegos.
El caso tuvo como acusado a un joven de por aquel entonces 29 años, quien era conocido en la localidad por ser instructor en un gimnasio. La denunciante, era menor de edad, tenía 17 años.
La víctima lo denunció en la Comisaría de la Mujer y Familia a mediados de septiembre y días posteriores, el hombre -de apellido Vega- fue demorado por la Policía. Posteriormente, la Justicia lo procesó con prisión preventiva y elevó la causa a juicio una vez finalizada la instrucción de la misma.
Después de tres años, finalmente se realizó el debate oral. El pasado martes, en instalaciones de la Cámara Oral, tuvo lugar la primera jornada. Estuvo presidido por María Alejandra Vila acompañada de Joaquín Cabral y Eduardo López. Junto a Vega estuvo su abogado, Jorge Trevotich, y como representantes del Ministerio Público Fiscal, Iván Saldivia y Analía Molina.
En la primera jornada del juicio, el imputado aceptó declarar ante los jueces y en la ampliación de su indagatoria se defendió y dijo que nada de lo que se lo acusó, realmente ocurrió. “En realidad no pasó nada”, aseguró.
Tras un cuarto intermedio, este miércoles a las 09:00 se reanudó el debate para que las partes dieran sus alegatos.
El fiscal Iván Saldivia sostuvo la acusación contra Vega y la calificación legal con la que el hecho llegó a esta instancia, y solicitó al Tribunal una pena de 12 años de cárcel por abuso sexual agravado.
Por su parte, Jorge Trevotich pidió la absolución de su defendido, entendiendo que el delito no pudo ser comprobado.
El hecho
De acuerdo a la instrucción de la causa, a la joven la drogaron con Pregabalina 75 gramos, un medicamento que utilizan pacientes para el tratamiento del dolor crónico causado por daños en los nervios.
Luego de que la víctima denunciara lo sucedido, una de sus hermanas mayores utilizó las redes sociales para escrachar al abusador. Los días posteriores al hecho, varias jóvenes comentaron haber sido acosadas sexualmente por Vega, quien se aprovechaba de su rol como instructor en un gimnasio.
Para detenerlo, la Policía allanó su domicilio, en el barrio 400 Departamentos, pero no lo pudieron hallar allí. Se abrió una investigación en ese sentido con la Dirección de Investigaciones y se lo pudo localizar en un departamento céntrico -propiedad de un amigo de él- ubicado en calle Jofré de Loaiza al 100.
Desde su demora, Vega permaneció tras las rejas. Los pedidos de excarcelación y apelaciones, fueron siempre rechazados.
El próximo miércoles 7 de septiembre se conocerá la sentencia del Tribunal.
Nota: La Opinión Austral
