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«No fue solo Evita»: el voto femenino y el largo camino hacia la igualdad política

Radio del Sur 97.1 dialogó con la historiadora Edda Crespo sobre la sanción de la ley de sufragio femenino en 1947 y el voto efectivo en 1951, hitos que fueron precedidos por décadas de esfuerzos y que enfrentaron importantes desafíos.

Un reciente análisis histórico, realizado por Edda Crespo, arroja luz sobre el complejo y prolongado camino hacia la participación política plena de las mujeres en Argentina, destacando que la figura de Eva Perón, si bien central, no fue la única protagonista de este proceso.

Proyectos Precursores y Obstáculos Iniciales

La idea del voto femenino no era nueva en 1947. Ya en 1919, los radicales presentaron un proyecto que no prosperó en las cámaras. En 1932, otro proyecto logró la aprobación en Diputados, pero no en Senadores. La diferencia clave en 1946 fue que el proyecto, presentado primero en Senadores, sí logró su aprobación, sentando las bases para la sanción final el 23 de septiembre de 1947.

Uno de los principales obstáculos para la implementación del voto femenino fue la falta de un sistema de empadronamiento adecuado para las mujeres. A diferencia de los varones, cuyo registro electoral se basaba en el padrón militar a partir de la Ley Sáenz Peña de 1912, las mujeres no tenían un mecanismo similar. «Lo que había que generar era un instrumento que permitiera empadronar a las mujeres», señaló Crespo. Esta necesidad llevó a la creación del RENAPER (Registro Nacional de las Personas) en 1948, ya que muchas mujeres ni siquiera tenían documento de identidad o solo figuraban en registros parroquiales.

El derecho a elegir y ser elegida

La discusión no se limitó solo al derecho a votar, sino también a la posibilidad de ser elegidas. En 1949, se sancionó una ley de estatuto de partidos políticos que estableció la forma en que las mujeres no solo podían votar, sino también presentarse como candidatas. Este aspecto es crucial y a menudo olvidado. «No solo en el 51 se accede al voto, sino que también van a presentarse las mujeres como candidatas, en caso de legisladoras», enfatizó la historiadora.

En las elecciones de 1951, un total de 109 mujeres resultaron electas, incluyendo 23 diputadas y 6 senadoras, además de representantes en legislaturas provinciales. Este número fue considerado excepcional a nivel latinoamericano. «Que lleguen tantas mujeres a la presentación es sumamente importante», destacó.

Eva Perón y el renunciamiento histórico

Eva Perón jugó un papel fundamental en la promoción del voto femenino y en la organización de las mujeres peronistas. En 1947, adquirió un gran protagonismo en la discusión en Diputados y fue la primera mujer en recibir su documento de identidad.

Respecto a su «renunciamiento histórico» en 1951, cuando se esperaba que fuera la compañera de fórmula de Perón, si bien su enfermedad fue un factor, también existían dudas sobre la capacidad de las mujeres para ocupar cargos de alta jerarquía. «Se había habilitado a una mujer a presentarse como candidata para la vicepresidencia», pero «se dudaba efectivamente de la capacidad de las mujeres para ejercer esos cargos», explicó Edda Crespo.

Otras figuras y la persistencia de prejuicios

Es importante recordar que Eva Perón no fue la única mujer en la política argentina de la época. Alcira de la Peña, por ejemplo, se presentó como candidata a la vicepresidencia por el Partido Comunista. «La memoria colectiva ha borrado del imaginario otras candidaturas de mujeres, pero existieron más», aclaró Crespo.

A pesar de los avances, subraya que los prejuicios sobre la capacidad de las mujeres en la política persisten hasta el día de hoy. «Me sigue preocupando que muchas veces, hasta en el presente, se sigan discutiendo sobre las condiciones o calidad de las mujeres como representantes en las cámaras de diputados y senadores», afirmó, señalando que «los argumentos vuelven a ir por esa vía, de que son incapaces y de baja calidad».

Pioneras en la Patagonia

Crespo también rescata la labor de mujeres sufragistas a nivel municipal en la Patagonia. En 1927, un grupo de mujeres en Comodoro Rivadavia, incluyendo a Eli Müller-de-Platz, Elvira Raben y Polly Lloyd de Pelza, formaron un comité de cultura femenino y presentaron una demanda para obtener el sufragio a nivel municipal.

Estas mujeres estaban vinculadas a una alianza sufragista internacional, demostrando que la lucha por los derechos femeninos no era un fenómeno aislado. «Nosotros pensamos que sufragista por estos lares sureños no las hubo y fíjense que en este caso las teníamos», concluyó.

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