El crudo escaló ayer lunes a un máximo de tres años, después de que la OPEP+ confirmó que se apegaría a su política de producción actual a medida que la demanda por productos derivados del petróleo se recupera y a pesar de la presión de algunos países para un mayor bombeo.
La decisión del grupo de seguir aumentando la producción gradualmente hizo que los precios subieran, aumentando las presiones inflacionarias, que los países consumidores temen que descarrilen la recuperación económica tras la pandemia.
El crudo Brent subió 1,98 dólares, o un 2,5%, a 81,26 dólares el barril. La semana pasada acumuló un alza del 1,5% en su cuarto avance semanal consecutivo y regresó a máximos vistos por última vez en 2018.
La OPEP+, que agrupa a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, incluida Rusia, se ha enfrentado a la presión de algunos países para agregar más barriles al mercado, ya que la demanda se ha recuperado más rápido de lo esperado en algunas partes del mundo.
El repunte del precio del petróleo también se ha visto impulsado por un aumento aún mayor en los precios del gas, que se han disparado en un 300%, lo que ha provocado el cambio al fuel oil y otros productos crudos para generar electricidad y para otras necesidades industriales.
¿Cómo impactará este contexto internacional en los precios de la energía y los combustibles de la Argentina y sus consecuencias en las economías de la provincias productoras de hidrocarburos?
La respuesta a este interrogante no hay que buscarla en la economía sino en la política. El último aumento en el precio de los combustibles que autorizó la Administración de Alberto Fernández se registró en el mes de mayo de 2021 y, en junio, se anuncio un congelamiento del precio de los combustibles para uso particular hasta después de celebradas las elecciones del próximo 14 de noviembre.
Para que este escenario de congelamiento artificiales de precios de las naftas y el gas oil se materialice, fue necesario «pisar» el precio del petróleo en las provincias que lo producen. Así, por cada barril comercializado internamente, el gobierno argentino fijó un precio descalzado de la cotización mundial. Ese descalce significa -por ejemplo- que los petróleos que produce la Cuenca del Golfo San Jorge (CGSJ) se vendan a unos U$S 10 dólares menos por debajo de la línea de comercialización internacional. Vale decir, en otras palabras, que quienes terminan financiando los precios congelados de los combustibles que se venden en el centro y norte del país, son la provincias productoras.
La brecha -sostienen fuentes del sector consultadas por Argentarnoticias– entre el precio congelado de las naftas y el gas oil minorista con la cotización internacional del crudo, supera holgadamente el 25%. La pregunta que pesa sobre la Administración de Alberto Fernández es obvia: ¿Cómo actualizará los precios de los combustibles sin que impacte agresivamente en el porcentaje de inflación luego de las elecciones generales?
Fuentes cercanas a YPF aseguran que no hay manera de evitar un escenario con mayor presión inflacionaria después del 14 de Noviembre. «Lo mismo que ocurre en Europa con el precio del gas y la inflación», agregaron. El retaceo en los despachos de gas que hace el gigante ruso Gazprom a Europa y una recuperación más rápida a la esperada de la pandemia del COVID 19, presionan sobre una mayor demanda de bienes y servicios por parte de la población en el hemisferio norte que se apresta a recibir el invierno con el consecuente incremento en el consumo de energía para calefaccionarse.
De este lado del Atlántico, el aumento en los precios del gas también se hizo sentir. El marcador norteamericano que fija el precio del gas medido en millones de BTU (British Thermal Unit) denominado Hernry Hub, alcanzo los U$S 6 MMBtu.
Mientras tanto, en Argentina, a través del Plan Gas.Ar, el gobierno argentino anunció en Noviembre pasado el sostenimiento del precio del gas en los U$S 3.55 por MMBtu por el término de 4 años, permitiendo así que se registrara un incremento más que importante en la producción gaseosa nacional que en agosto superó un nuevo record al trepar a 43,9 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d), un 36,3 por ciento más que en el mismo mes de 2020, según el informe ofrecido por la consultora Economía y Energía. Tecpetrol, brazo petrolero del Grupo Techint, volvió a encabezar la producción con 15,6 MMm3/d, un 19,1% más que un año antes. Sin embargo, el mayor crecimiento lo registró YPF que en sus tres principales bloques productores sumó 10,9 MMm3/d, un 159,5% más que en agosto de 2020.
Lo paradójico del caso, es que con este «amortiguador» que significa el Plan Gas.Ar para la crisis global que vive el sector, el ala «cristinista» o «kirchnerista» del gobierno cuestiona severamente lo actuado con esta iniciativa dado que entienden que fue «desacertado» ofrecer una garantía de precio a las petroleras y por tanto tiempo. En realidad, los hombres de «cristina» no querían asegurar un plazo mayor al año en vez de los cuatro que definió la iniciativa surgida desde la Secretaria de Energía de la Nación.
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