En un giro de último momento, el oficialismo en el Senado de la Nación anunció que el debate de la reforma laboral se postergará hasta el 10 de febrero. La movida busca evitar un conflicto abierto con los gremios antes de fin de año y concentrar toda la energía política en un solo objetivo: aprobar el Presupuesto 2026.
La senadora Patricia Bullrich, al frente de la comisión de Trabajo, fue quien comunicó la decisión tras negociar con otros bloques. El plan es firmar un dictamen ahora, pero dejarlo «abierto» para introducir cambios durante el verano. Esta pausa también responde al pedido de sectores productivos y sociales que exigen más tiempo para analizar la letra chica de la ley.
La mira en el 26 de diciembre
Con esta postergación, el Gobierno despeja el camino para tratar la «ley de leyes» en el recinto el próximo viernes 26 de diciembre. La intención es cerrar el año con el Presupuesto aprobado antes de que venzan las sesiones extraordinarias el 30 de este mes.
Tensión con la CGT
La decisión de enfriar la reforma laboral no es casual: la CGT ya amenazó con un paro nacional si el proyecto avanzaba sin cambios. En regiones como la Patagonia, existe una preocupación especial por cómo estas modificaciones podrían afectar convenios clave en el petróleo y la pesca.
Con este «parate» técnico, el Gobierno busca pasar las fiestas con previsibilidad económica y retomar la pelea por las leyes laborales recién en 2026.





