La industria frigorífica vacuna registró en noviembre una marcada retracción del nivel de actividad, tanto en la comparación mensual como interanual. De este modo, el repunte observado en octubre quedó como un hecho aislado y el sector acumuló su novena caída en los últimos once meses, de acuerdo con el análisis de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).
Según el informe, se verificó una menor faena en todas las categorías relevantes, mientras que el ratio de faena de hembras sobre el total se mantuvo en niveles muy elevados, muy por encima del rango compatible con la sustentabilidad del stock bovino.
Desde CICCRA explicaron que este fenómeno está directamente vinculado a la apertura del mercado chino. «Desde la apertura del mercado chino, la faena de hembras ha aumentado porque hoy la vaca tiene un valor interesante y la mayoría de los productores no deja vacas secas en el campo para darles otra oportunidad», señalaron. En ese sentido, indicaron que muchos productores optan por reemplazar vacas secas por vaquillonas propias o por realizar intercambios, lo que derivó en un proceso de rejuvenecimiento del rodeo.
«El mercado chino permitió aumentar la faena de vacas al 47/48% sin que se desplome fuertemente el stock general, aunque todavía no hemos recuperado las 12,5 millones de cabezas perdidas entre 2007 y 2009, durante la gestión de Guillermo Moreno como secretario de Comercio, agravadas por la sequía de 2009», remarcaron desde la entidad. De esa pérdida histórica, precisaron, solo se recuperó entre un 5% y un 7% del stock.
En este contexto, desde el sector surgieron posturas que plantean la necesidad de incrementar de manera significativa el stock bovino, un proceso que demandaría entre cuatro y cinco años. Sin embargo, desde CICCRA proponen una alternativa más rápida y económica. «Creemos que sería más eficiente aumentar el peso promedio de faena de las actuales 232 kilos por res hasta los 282 kilos, es decir, 50 kilos más por animal», explicaron. Esto permitiría, con la misma cantidad de faena, incrementar la producción de carne en un 20%, unas 600.000 toneladas adicionales, en un plazo estimado de dos a tres años.
Por otra parte, el informe destacó el fuerte aumento del precio de la hacienda en pie. La combinación de factores estacionales, la escasez de animales —producto de la liquidación de existencias— y la menor zafra de terneros, afectada por las condiciones climáticas adversas entre las campañas 2022 y 2024, impulsaron los valores durante los últimos meses.
Entre junio y noviembre de este año, el precio del animal en pie acumuló un incremento promedio del 51,6%, que en términos reales —descontando la inflación medida por el IPIM— representó una suba del 35,1%, alcanzando el valor relativo más alto de los últimos quince años.
En términos nominales, las mayores subas se registraron en vacas (80,8%) y toros (77,0%), mientras que también se observaron aumentos significativos en el resto de las categorías: 40,4% en MEJ, 36,6% en novillos, 27,1% en novillitos y 28,4% en vaquillonas.
El escenario refleja un sector tensionado por la caída de la actividad, la presión sobre el stock y una fuerte suba de precios, en un contexto donde las decisiones productivas serán clave para el equilibrio futuro de la ganadería vacuna.
