El sector petrolero enfrenta una preocupante disminución de puestos de trabajo, con consecuencias negativas para la economía local, según declaraciones de César Herrera del Observatorio de Economía de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, en Radio del Sur 97.1.
Esta situación no se refleja en las estadísticas oficiales, pero Herrera afirma que «veníamos desde hace tiempo siguiendo la temática y siempre se hablaba desde fundamentalmente del petrolero de base que había ‘un sobrante’, entre comillas, de 6000 puestos de trabajo». Este «sobrante», según el experto, se originó en un acuerdo post-2005 entre gobiernos provinciales, empresas y gremios que garantizaba el empleo independientemente de la inversión. Esto llevó a una «sobreoferta de mano de obra», con consecuencias negativas para la productividad y la moral de los trabajadores.
Herrera cita el caso de las plantas de gas, donde «en una planta donde necesitaban entre 30 y 35 personas, había 150». Esta situación, según sus entrevistas con trabajadores, generó «una tensión muy fuerte», con empleados «protegidos gremialmente» que realizaban el mínimo esfuerzo o incluso faltaban al trabajo.
La pérdida de estos puestos de trabajo, según Herrera, tendrá un impacto económico negativo significativo: «así como existe un multiplicador, que cuando la inversión va hacia arriba se multiplica positivamente, a su vez cuando se torna negativo, y el impacto va a ser negativo». El experto señala que la disminución en la perforación de pozos, cercana a los mínimos de 1998, es un indicador físico de esta situación.
Si bien la cuantificación exacta del impacto negativo aún está en proceso, Herrera estima que la desaparición de 6000 puestos de trabajo, a un valor promedio de 3 millones de pesos por trabajador, representa la desaparición de «18 millones de dólares que desaparecen digamos por mes». Esto se refleja en una disminución de las ventas en supermercados en los últimos tres meses, aunque la cuantificación precisa del impacto en Comodoro Rivadavia aún está pendiente.
El análisis de Herrera indica que la situación es más grave de lo que sugieren las estadísticas oficiales, y que el cambio tecnológico en la cuenca, con una mayor inversión en capital y tecnología y menos en factor humano, agravará la situación.
